lunes, 9 de marzo de 2009

Mecedora siamesa

En nuestra vida cotidiana, solemos encontrar un sin número de continuidades, que a los efectos prácticos (catalogar y reglar), le colocamos un fin y un comienzo, pero en realidad... no los tienen.

Hoy en día es muy difícil delinear, nuestro horario de trabajo del horario de descanso, el lugar de trabajo del lugar para distenderse, el fin de semana del resto de los días. En nuestra relación de pareja, las tareas también se empiezan a fundir y ya no es tan claro nada... y poco quedaba claro ya de antes. Quién lava los platos y la ropa?, quién trae el dinero a casa? quién lo gasta? quién cuida de los chicos, del perro? quién sale al bar con los amigos? Vivir , trabajar, dormir, imaginar juntos. Donde termina lo real, donde comienzan los sueños, lo imposible. Apenas se notan algunas aristas, algunos matices de lo original. Y sin embargo, la necesidad de conservar diferencias. Los dos hacemos todo, uno de una manera y el otro de otra, ya ninguno pregunta, solo se hace, todo se equilibra... Juntos pasamos a otro estado. Donde empieza el hombre, donde termina la mujer?
Mecedora siamesa (TM) + info http://www.atiliopentimalli.com.ar/